Mito Dona Cruces / @mitodona .- En algún momento fue parte de la idiosincrasia latinoamericana la impuntualidad, la falta de seriedad, la corrupción, la improvisación, etc. Hoy en día muchos de los países latinos han logrado sobreponerse a estos adjetivos grupales, y salir definitivamente del subdesarrollo o al menos solidificar sus bases para convertirse en naciones en vías de desarrollo.
Lamentablemente nuestro país se ha estancado junto a otros de la región. No sólo manteniendo aquellas características que nos endosaban como latinos, sino perfeccionado la tragedia de muchas de ellas. Es decir, hemos profesionalizado la ineficacia, la inoperancia. Hicimos del ser improductivo todo un arte. Con sus excepciones claro está.
Pienso que en gran parte estamos acostumbrados a que las personas especializadas en un área, no ejerzan en ella, sino que terminen haciendo algo totalmente distinto. En países desarrollados, la mano de obra más especializada siempre es la que tiene un valor mayor para las empresas, la sociedad, las instituciones públicas y por ende para el país.
El momento económico que vive nuestro país también afecta las oportunidades laborales de los profesionales. Por eso en la última década se ha vuelto tan común ver a abogados, administradores, ingenieros etc. ejerciendo profesiones totalmente opuestas a sus conocimientos académicos.
Y no debemos limitar este fenómeno netamente a egresados universitarios. Muchos trabajadores de otras ramas han tenido que diversificar su portafolio para intentar subsistir en suelo venezolano. Es así como podemos encontrar policías que por la noche o en los fines de semana se desempeñan como guardaespaldas, o que paralelamente son dueños de licorerías, abastos, etc.
En estas ocupaciones accidentales está gran parte del fracaso de algunos sectores de nuestro país. Desde veterinarios como ministros de cultura, pasando por sindicalistas como cancilleres, cantantes diputados, economistas dirigiendo el deporte, abogados en infraestructura y para usted de contar. Mejor no pare y complete la lista con paracaidistas como presidentes…
De esa costumbre y de los terribles resultados que ha traído consigo, es de donde proviene el temor a confiar en los especialistas de cada área. Incluso en niveles empresariales, donde habitualmente se busca talento asociado al trabajo que desempeñará, en muchos casos hay un largo trecho entre escuchar una recomendación y aplicarla efectivamente.
El temor a dejar en manos de terceros una decisión que pueda afectar nuestro desempeño, se antepone a utilizar conocimiento que son ajenos a nosotros y que provienen de una fuente confiable, probada y calificada para suministrar esos datos.
Es también en parte la subutilización de la mano de obra calificada, lo que ha impulsado y está impulsando a tantos jóvenes venezolanos hacia la emigración, recorriendo en sentido inverso las rutas que sus bisabuelos o abuelos recorrieron huyendo de la guerra.

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