@mitodona .- Tengo algún tiempo sin escribir sobre política. Quizás es porque nuestro día a día en Venezuela está tan sobrecargado del tópico, que no me quedan ánimos para seguir inmerso en él.
Pero digamos que esa inactividad también conlleva un punto de saturación interna, que obliga a liberar del algún modo pensamientos que han estado dando vueltas por mi cabeza, tal cual como aparece en el header de este blog, tropezándose con resultados del béisbol venezolano y detalles de nuevas campañas de mercadeo que veo en la calle y por internet.
A veces escucho en algunos medios de comunicación o en conversaciones que se me cruzan, personas que quieren buscar o pretenden vender algún tipo de lógica en el juego político de nuestro país. En mi humilde opinión esto es más falso que las fulanas pulseras que nivelan tu carga eléctrica o los 100 retiros de Ilan Chester.
Les explico por qué. Nuestra vida política contemporánea, o al menos la que agrupa la mayor tajada de nuestra vida “democrática”, hemos sido testigos de innumerables ejemplos de las contradicciones más alocadas que una persona medianamente racional puede imaginar. También presenciamos repeticiones en discursos o posiciones, que rayan en el plagio ideológico.
Por ejemplo, nuestro actual presidente Hugo Chávez, tiene como guía espiritual y político al dictador cubano Fidel Castro. En contraposición podríamos ubicar a Carlos Andrés Pérez, ex presidente venezolano al cual el Cmdt. Chávez intentó derrocar. Ahora bien, ¿quién era el mejor amigo de Fidel a finales de los ochentas en Latinoamérica? Si, pensaron bien. Era CAP!. De hecho el propio Castro asistió a la toma de posesión/ coronación de Pérez en el Teatro Teresa Carreño, cuando no ha venido a ninguna de las de su “hijo” Huguito.
Y es que el socialismo o el ser socialista o de izquierdas es algo que siempre ha “vendido” en el mundo político venezolano. De hecho, hablando netamente de vertientes políticas, los únicos presidentes de derecha que hemos elegido han sido Rafael Caldera y Luis Herrera Campins.
De resto todos los presidentes tienen raíces de izquierda. Gallegos, Betancourt, Leoni, Pérez, Lusinchi y Chávez. No me pidan que entre en detalles sobre la legitimidad de los presidentes que estoy tomando en cuenta y los que estoy dejando por fuera. Eso sería tema para otro post. Así que mantengamos la ligereza y la informalidad.
Durante más de 10 años hemos escuchado a Chávez despotricar contra los mandatarios de la llamada cuarta república, y proponer su “nueva” idea: El Socialismo.
Pero resulta que no hay nada más cuartorepublicano que el socialismo. De hecho, los padres de la democracia venezolana en sus inicios compartían todos ideales socialistas de izquierda, pues ellos si combatieron por años gobiernos de derecha y dictaduras.
Agrupación Revolucionaria de Izquierdas, Partido Revolucionario Democrático, Alianza Unionista de la Gran Colombia, Partido Comunista de Venezuela. Todos estos títulos fácilmente podrían ser sacados de la última década venezolana, sin embargo vienen de entre 50 y 70 años atrás. De hecho vienen de las plumas de Rómulo Betacourt, Raúl Leoni y Jóvito Villalba quienes fueron fundadores o militantes de estas organizaciones. Menuda contradicción la del “comandante presidente” no?
Otra “perlita” que encontré es la siguiente. La definición ideológica de Acción Democrática, escrita por el propio Rómulo Betancourt: partido político democrático, policlasista, nacionalista, integrador, americanista y antiimperialista, de ideología leninista.
Si, leyeron bien, Acción democrática fue concebido con un partido de ideología leninista.
El PSUV se define, entre otros calificativos, como antiimperialista, socialista, patriótico, unitario, Original y Creativo, etc.
La verdad es que de original y creativo no tiene mucho, no les parece? Cualquier parecido con el pasado, es obviamente culpa de la CIA. Y el propio nombre del partido, si les recuerda al PSOE (Partido Socialista Obrero Español) o al PSU (Partido Socialista Uruguayo) sólo por nombrar un par, es indiscutiblemente porque ustedes son unos contrarrevolucionarios.
En la oposición no hay mucha más cordura. Podemos comenzar por el propio hecho del socialismo de sus líderes. Pocos gobiernos en Latinoamérica se han preocupado menos por el desarrollo social de sus pueblos que los de Acción Democrática.
Y si la inclusión social y política es parte del socialismo, entonces podemos decir que el gobierno más socialista que ha tenido nuestro país ha sido el de uno de los símbolos de la derecha venezolana, el Dr. Rafael Caldera. Fue gracias a la gestión de Caldera que la mayoría de los movimientos de izquierdas dejaron las armas y se incorporaron a la vida política del país.
El propio Caldera muchos años después, de manera casi maquiavélica según la versión de algunos, logro hacer de un discurso de reivindicación social una campaña presidencial. Y de la división del propio partido que fundó, la plataforma que necesitaba para transformar esa campaña en una presidencia.
De la actualidad y los partidos de oposición es mejor no profundizar. En su mayoría son estructuras creadas alrededor de un candidato o movimiento regional, como Un Nuevo Tiempo o Voluntad Popular. Primero Justicia es quizás el único que nació como alternativa concreta, pero que ha mutado tanto desde su fundación que ya sus miembros originales están regados por toda la geografía política nacional. Sus divisiones, casi atómicas, hacen recordar tiempos pasados que pensábamos superados, en los que riñas internas sobre candidaturas fracturaban las bases de los partidos. Y pensar que de aquí sale la médula de lo que llamamos Unidad.
